Thphrina deformans: LEPRA O ABOLLADURA DE LOS FRUTALES
1.- Descripción:
Es un hongo ascomiceto que afecta principalmente a melocotón y nectarina, afectando en menor medida pero no por eso menos importante a almendros. Raramente aparece en albaricoquero.
Se trata de una enfermedad endémica, que requiere de tratamientos preventivos en caso de condiciones favorables para el ataque de este hongo.
2.- Ciclo biológico:
Las condiciones óptimas para el desarrollo del hongo son: Temperaturas suaves y humedad relativa muy alta (por encima del 80%).
El hongo pasa el invierno como conidia saprófita, en las brácteas de las yemas. Cuando se inicia la brotación de la planta y si se dan las condiciones adecuadas para su desarrollo, las blastosporas germinan y penetran a través de la cutícula de las hojas jóvenes desarrollando un micelio parásito que produce la infección.
A partir de este micelio, en la fase final del hongo se producen las ascas que mediante lisis perforan la cutícula de la hoja y expulsan en primavera sus 8 ascosporas. Las ascosporas germinarán formando nuevas conidias.
Cuando empiezan a elevarse las temperaturas, con intensa radiación solar y baja humedad relativa, se detiene el desarrollo de la enfermedad pero sobrevive el hongo en estas condiciones calurosas y secas en forma de ascosporas o conidias.
3.- Síntomas y daños:
Los síntomas comienzan a verse con la brotación del árbol, observándose una hipertrofia de los tejidos con engrosamiento del limbo de la hoja que produce unas deformaciones de las hojas recién brotadas.
Además esta deformación viene acompañada por cambios en la coloración de las mismas, pasando por colores amarillo a rojo intenso debido a la pérdida de clorofila y acumulación de pigmentos rojos. Más tarde, estas hojas adquieren un aspecto harinoso, al aparecer las ascas. Las hojas infectadas acaban por necrosarse y caer prematuramente.
En casos de ataques severos, el fruto también puede verse afectado.
Además e indirectamente, estas hojas infectadas pueden ser reservorio de otras plagas como tijeretas o de otros hongos como el oidio.
Ataques de gran importancia, traen como consecuencia defoliaciones, debilitamiento de brotes y reducción del cuajado del fruto, llegando a afectar al vigor del árbol con la consiguiente reducción en la producción.
4.- Medidas de control:
Para el control de la enfermedad son fundamentales los tratamientos preventivos, con compuestos cúpricos a caída de hojas y en invierno, pero sobre todo con fungicidas en periodos críticos como son la hinchazón de yemas y la aparición de las primeras hojas (primeros órganos verdes). A la hora de la elección de fungicidas hay que comprobar que tienen registro en el cultivo que estemos tratando puesto que el uso de las materias activas cada vez está más limitado. Atendiendo a esto último, cada vez se está acudiendo más a la bioestimulación así como productos o líneas de productos de residuo 0 (fisionutrientes, microorganismos, etc.).